La tasación de un negocio es una de las operaciones más delicadas desde el punto de vista económico, jurídico y estratégico. Sin embargo, en la práctica, sigue siendo habitual que se valore una empresa sin analizar correctamente sus activos o utilizando datos desactualizados, incompletos o meramente contables.
Este error, que a menudo parece menor, puede tener consecuencias graves: conflictos entre socios, compraventas fallidas, perjuicios económicos, problemas fiscales o incluso resoluciones judiciales desfavorables. Por ello, la correcta valoración y actualización de los activos de la empresa es un elemento clave en cualquier tasación de negocio seria y defendible.
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La tasación de un negocio va mucho más allá de la facturación o el beneficio
Uno de los errores más frecuentes consiste en identificar el valor de una empresa exclusivamente con su facturación o con su resultado contable. Aunque estos datos son relevantes, no reflejan por sí solos el valor real del negocio.
Una empresa puede tener una facturación modesta y, sin embargo, contar con activos de gran valor: inmuebles, maquinaria, inversiones financieras, participaciones societarias o activos estratégicos que no se están explotando plenamente. Del mismo modo, existen empresas con cifras de negocio elevadas pero con activos obsoletos o sobrevalorados.
Por este motivo, cualquier tasación rigurosa debe analizar el conjunto del patrimonio empresarial, no solo la cuenta de resultados.
El error más habitual: activos mal valorados o directamente desactualizados
En nuestra experiencia como peritos en valoración de empresas y bienes, uno de los problemas más recurrentes es la existencia de activos que:
Figuran en balance con valores históricos irreales.
Están totalmente amortizados contablemente, pero mantienen un valor de mercado relevante.
Han sido reformados, ampliados o modificados sin reflejo en su valoración.
Se encuentran infrautilizados o sin explotación, pero con alto potencial económico.
Este tipo de distorsiones provoca tasaciones erróneas que no representan la realidad económica del negocio.
Valor contable, valor fiscal y valor real: no son lo mismo
Uno de los puntos que más confusión genera, incluso entre profesionales, es la diferencia entre los distintos conceptos de valor:
Valor contable: el que figura en los libros de la empresa, condicionado por amortizaciones y criterios contables.
Valor fiscal: el valor aceptado por la Administración Tributaria a efectos impositivos.
Valor de mercado: el precio que razonablemente podría obtenerse en una transacción entre partes independientes.
Valor de liquidación: el valor en un escenario de cierre o venta forzosa.
Confundir estos conceptos puede llevar a errores importantes en procedimientos judiciales, operaciones societarias o negociaciones entre partes. Una tasación profesional debe identificar qué tipo de valor es el adecuado en cada caso y justificarlo técnicamente.
Cuándo una mala valoración de activos genera conflictos legales
Una incorrecta valoración o actualización de activos suele aflorar en situaciones especialmente sensibles, como:
Conflictos entre socios o separación societaria.
Compraventa de empresas o participaciones sociales.
Procedimientos concursales.
Divorcios o herencias con sociedades mercantiles.
Reclamaciones patrimoniales o indemnizaciones.
Inspecciones y comprobaciones fiscales.
En todos estos escenarios, el valor de los activos puede ser determinante para el resultado del procedimiento. Una tasación deficiente no solo debilita la posición de una parte, sino que puede condicionar la decisión final del juez o del árbitro.
El papel del perito en la valoración de activos empresariales
La valoración de los activos de una empresa no puede limitarse a una revisión documental. Requiere un análisis técnico, individualizado y, en muchos casos, una inspección directa de los bienes.
El perito especializado en valoración de bienes y empresas debe:
Identificar y clasificar correctamente los activos.
Analizar su estado real, uso, obsolescencia y potencial.
Aplicar metodologías de valoración adecuadas a cada tipo de activo.
Justificar técnicamente los criterios empleados.
Elaborar un informe claro, objetivo y defendible en sede judicial.
Este trabajo resulta especialmente relevante cuando el informe debe ser ratificado ante un tribunal, donde la solidez técnica y la coherencia metodológica son esenciales.
La importancia de actualizar los activos antes de una tasación
Actualizar correctamente los activos de una empresa antes de una tasación no es un trámite menor. Es una fase crítica que permite:
Reflejar la situación real del negocio.
Evitar infravaloraciones o sobrevaloraciones injustificadas.
Reducir riesgos en negociaciones o litigios.
Aportar seguridad jurídica a las partes implicadas.
En muchos casos, una actualización adecuada de los activos cambia de forma significativa el valor final de la empresa y, con ello, el enfoque estratégico del procedimiento.
Casos en los que una pericial de activos marca la diferencia
A lo largo de nuestra trayectoria profesional hemos intervenido en numerosos casos en los que una valoración técnica de los activos fue determinante. Por ejemplo:
Empresas aparentemente deficitarias cuyo valor real residía en inmuebles infravalorados.
Socios minoritarios perjudicados por tasaciones que ignoraban activos clave.
Operaciones de compraventa en las que una valoración incorrecta generó litigios posteriores.
Procedimientos judiciales en los que la falta de rigor en la valoración debilitó una de las partes.
Estos casos demuestran que una tasación de negocio sin una correcta valoración de activos es incompleta y, en muchos supuestos, errónea.
Cuándo debe el abogado apoyarse en un perito especialista
Desde el punto de vista jurídico, resulta especialmente recomendable contar con un perito en valoración de empresas y bienes cuando:
El valor de los activos es relevante para el fondo del asunto.
Existen discrepancias entre las partes sobre la valoración.
El procedimiento puede llegar a juicio.
Se prevé una ratificación pericial.
La colaboración temprana entre abogado y perito permite enfocar el caso con mayor solidez y anticipar posibles debilidades.
Por qué contar con Consultoría y Peritaciones
En Consultoría y Peritaciones contamos con una doble especialización que resulta clave en este tipo de trabajos: somos peritos en valoración de empresas y peritos en valoración de bienes.
Esta combinación nos permite analizar el negocio de forma global, integrando el valor real de los activos dentro de la tasación empresarial, con un enfoque técnico, riguroso y orientado a su defensa en procedimientos judiciales o negociaciones complejas.
Nuestros informes se caracterizan por su claridad, fundamentación y capacidad de resistir el análisis crítico en sede judicial.
Conclusión
La correcta valoración y actualización de los activos de una empresa no es un detalle accesorio, sino uno de los pilares fundamentales en la tasación de un negocio. Ignorar este aspecto puede generar errores de gran impacto económico y jurídico.
Contar con un perito especializado, que entienda tanto la valoración de empresas como la valoración individualizada de bienes, es una inversión en seguridad, rigor y solidez técnica.
Si te encuentras ante un procedimiento en el que el valor real de un negocio o de sus activos es determinante, un informe pericial bien elaborado puede marcar la diferencia.